Hace muy pocos días falleció Rafael Kohanoff. Nacido en 1925, en Santiago del Estero, ingeniero químico de profesión, fue un verdadero influyente y motivador de desafíos para la creación e invención de «respuestas sencillas para problemas aparentemente complejos». De hecho, a él se le atribuye la invención de un dispositivo para apoyar bastones, un calzador de zapatos y el diseño de un circuito de aparatos para la rehabilitación de niños con parálisis cerebral.
Su actividad en el sector de las pequeñas y medianas empresas lo acercó al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) a principios de la década de 1970, culminando su carrera como Director del Centro de Tecnologías para la Salud y la Discapacidad de esta institución.
Con un fino sentido del humor, se planteaba que cualquiera sea la edad, la persona debe mirar para adelante y tener «pensamientos virtuosos», según él los denominaba. Su vitalidad sobresaliente y espíritu emprendedor será siempre una inspiración para la búsqueda permanente del progreso y el bien común.
Compartimos una de sus últimas presentaciones en una Charla TEDxUNL